Los garajes y aparcamientos son espacios en los que la belleza del acabado del pavimento carece por completo de importancia. Lo verdaderamente importante en estos casos es que el suelo ofrezca adherencia y permita la impresión de señalizaciones de seguridad. Si cumple estos dos requisitos, cualquier suelo podría ser válido para estos espacios. Pero, ¿cuál de todos los tipos de suelos para aparcamientos es el mejor? Sigue leyendo para conocer los más adecuados.
Hormigón pulido para suelos de garaje
Los suelos de hormigón pulido resaltan por su bajo precio y por lo fácil que su mantenimiento y su instalación en sí. Se trata
de un suelo de hormigón usual, solo que con un acabado pulimentado, el que le da ciertas propiedades de carácter único.
Por servirnos de un ejemplo, este tipo de pavimento de hormigón pulido puede aguantar mayor peso que otros suelos, además es más resistente a la tracción, las vibraciones y
a la erosión por agua. Su única desventaja es que la superficie pulimentada no es capaz de absorber la humedad, con lo que se pueden generar encharcamientos. Aunque esto se puede
solucionar con tratamientos de prevención de humedad.
Otras soluciones para el pavimento de un aparcamiento
Otra opción es el
hormigón fratasado. De mucha semejanza al hormigón pulido, el fratasado es conocido por ser de los mejores géneros de suelos para garaje
existentes. Su característica más esencial es el acabado, el que se consigue por medio del empleo de una fratasadora mecánica que consigue un acabado rugos duro y antideslizante, pero también más
plano y uniforme.
Por otro lado, tenemos el suelo de resina epoxi. Este tipo de suelo cuenta con la firmeza y resistencia que aporta el hormigón, per también con
la dureza y el acabado estético que brinda la resina epoxi. Es de las mejores opciones en el mercado para espacios cerrados.
Y no nos podemos olvidar del pavimento de poliuretano. Es realmente parecido al pavimento epoxi, solo que, en vez de emplear resina, se utiliza
poliuretano para conseguir mayor fortaleza. El polímero cuenta con muchas ventajas, como su resistencia a la luz ultravioleta del sol y el
aislamiento térmico. Además, su elasticidad consigue que la adherencia al hormigón sea mejor ayudando a reducir rayones y fisuras en el hormigón.
¿Cuál de estos suelos crees que encajaría mejor en tus instalaciones? Si tienes dudas, contacta con nuestros expertos para recibir asesoramiento personalizado.